Identificación de recién nacidos, evolución y actualidad

Como anteriormente he presentado, hoy en día es posible identificar en forma fidedigna y fehaciente a las personas mediante la aplicación de la Papiloscopía, la ciencia que estudia la disposición y distribución de las Crestas Papilares en las capas superficiales de la piel produciendo dibujos que son únicos e irrepetibles, permaneciéndo en forma invariable desde la vida intrauterina del sujeto hasta su fallecimiento, y donde la técnica de mayor aceptación y agilidad es la de las Huellas Dactilares.

Tal como hemos dicho, es posible aplicar esta metodología de Identidad Humana en todos los momentos de nuestra vida, y es así que una de las problemáticas que surgieron en la historia fue la Identificación de Recién Nacidos en la sala de partos, lo que se aplica para los casos en los que se puede producir una equivocación o bien en casos más graves donde se produce un Delito Doloso o Culposo que puede ir desde la sustracción o secuestro del bebé hasta en casos donde se los da por muertos.

Antecedentes Históricos

En un principio, la problemática que tenían los hospitales y salas de parto era solucionada en forma bastante rudimentaria: Al producirse el parto, los bebés recién nacidos eran identificados mediante el anexo de algún accesorio o elemento que era compartido con su madre, utilizándose pulseras numeradas, collares, medallas o cintas que llevaban algun Dato Escrito que era repetido tanto en el que llevaba el bebé como en el de su madre.

Esto generaba que en los casos de una Sustición de Bebés se pueda cambiar de forma extremadamente sencilla, o bien se generaba una Pulsera Apócrifa, que reemplazaba a la originalmente confeccionada, además de los casos en los que se abandonaban a los hijos en los hospitales con la simple destrucción y sustracción de estos elementos, entre otros delitos perpetrados.
Como un intento de lograr una mayor calidad del procedimiento, se utilizó en forma experimental la aplicación de una Tinta al Ultravioleta que se aplicaba a la piel del bebé y que solamente era visible cuando se la sometía a Radiación UV, algo similar a lo que vemos en los billetes y documentación como medidas de seguridad. No obstante, fue descartado ya que esta tinta se removía fácilmente con lavados además de que se suponía podía afectar la salud de los recién nacidos el exponerlos a tal radiación lumínica.

Utilización de la Papiloscopía

En nuestro país, se comenzó a fines de los años 30 a adoptar la utilización de la Palametoscopía (es decir, la identificación mediante las huellas de la Palma de la Mano) como la forma fehaciente de identificación de los recién nacidos, utilizándose el sistema de identificación Palmer Pond y posteriormente llevándose a cabo un Archivo Palametoscópico, mientras que en otros hospitales comenzaron a utilizar no sólo este sistema sino también la impresión de Ambos Dedos Pulgares del neonato.
Sin embargo, fue a partir de 1960 cuando se decidió, tras una gran serie de congresos y discusiones, adoptar a la Pelmatoscopía como auxilio para poder identificar a los recién nacidos, por lo que para poder identificar a los bebés se tomaba la Impresión de la Planta de los Pies colocándose en una ficha que era identificada con los datos de la madre.
Esta técnica es la que actualmente es utilizada en muchas Clínicas y Hospitales hoy en día, clasificándose a los recién nacidos por el sistema propuesto por el doctor Oscar Preller, que guarda muchas similitudes con el propuesto por el célebre Juan Vucetich para las Huellas Dactilares.


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