Claudia Sobrero, la “Cowgirl” cuchillera

En esta ocasión, presentaré un perfil criminal de la República Argentina que tiene como protagonista a una mujer, siendo particularmente un caso que sentó un precedente importante en la historia de la Justicia Argentina ya que supuso la mayor pena aplicada a una persona del sexo femenino y además la que más tiempo ha estado privada de su libertad, contando con reincidencias que la volvieron a dejar en la cárcel.

Además de ello, representó la muerte de una de las personalidades célebres del mundo del espectáculo, caricaturista de uno de los matutinos más importantes de la época y ganándose el reconocimiento de varios medios gráficos del país y del exterior.

El Entorno

Nacida en el barrio porteño de Flores, una joven Claudia Sobrero tuvo una adolescencia conflictiva, juntándose con grupos marginales y hasta haciéndose adicta a las drogas, convirtiéndose en madre soltera de una nena a los 17 años de edad.

Cuando rondaba los 20 años de edad conoció y enamoró a Jorge Palacio, quien era familiar del célebre caricaturista Lino Palacio (era su sobrino-nieto) y tenía contacto con el mismo, lo cual llamó la atención de la joven quien comenzó a persuadirlo de realizar un robo.

El Primer Robo

Cuando Lino y su esposa se encontraban veraneando en Mar del Plata, en el mes de Enero del año 1984, la pareja tomó coraje y tuvo la iniciativa de irrumpir en el departamento, situado en la zona céntrica de Callao al 2000, planificando un robo a la Caja Fuerte que ellos sabían que poseían.

El modus operandi fue bastante sencillo y traicionero: Fueron a visitar a sus abuelos y en algún momento de la compañía sacaron copias de las llaves del departamento, volviendo unos días antes de su regreso y teniendo un botín de unos 10.000 dólares aproximadamente.

La segunda Pareja Delictiva

Con Jorge Palacio tuvo una segunda hija, María Cecilia Palacio, pero esto no logró amedrentar los maltratos mutuos que la pareja cosechaba, acusando Claudia los maltratos hacia su primogénita además de no estar conforme con su pareja, instigándolo a cometer más y peores crímenes, lo que terminó en una separación.

En sus andanzas, conoce al joven chileno Oscar González Muñoz, quien no contaba con los límites que su anterior pareja le imponía y además tenía un socio, Pablo Zapata, que podía ayudarlos en una tarea que no solo tenía motivos de robo, sino también de venganza: Volver a robar el departamento de Lino Palacio.

El Segundo Robo, teñido de violencia

El 14 de Septiembre de 1984 los tres decidieron cometer el robo en el departamento, contando con la ventaja de que todavía estaban en su poder las copias de las llaves y que, suponían, iba a estar vacío ya que los ocupantes iban a estar de vacaciones tal como el robo anterior.

Al llegar allí se encontraron con lo peor: El dibujante y su mujer, Cecilia Pardo, no estaban de vacaciones sino que ya habían vuelto, pese a lo cual Claudia instigó a sus compañeros a que igualmente realicen el robo a la vivienda. Abusándose de la confianza de ellos, lograron acceder al departamento y fue allí cuando se desató la bestia que había en Sobrero.

Amenazándolos con que le den toda la plata del lugar, objetos de valor y demás, el semblante de Claudia Sobrero comenzó a adquirir un tono más oscuro y empezaba a perder la razón y el control de sus actos. Tras recolectar un importante botín en dinero y joyas, decidió matarlos para que no declaren en su contra. Rápidamente, tomó un cuchillo de la cocina y comenzó a matar a la abuela de su ex-pareja, asestándole 16 puñaladas; Acto seguido, le aplastó la cabeza a Lino Palacio con una plancha además de apuñalarlo 27 veces.

 

Cowgirl apresada

Automáticamente acusada por el robo (Algunas versiones indican que fue inculpada por su ex-pareja) se ordenó su captura a nivel nacional, teniendo contacto con ella en las calles de la provincia de Tucumán, donde se la vio caminando con unos jeans ajustados, sombrero Cowboy y llamativas zapatillas rojas. Acto seguido se apresó también en Tucumán al chileno Oscar González Muñoz y unos días más tarde a su cómplice Pablo Zapata pero en este caso en la localidad bonaerense de Don Torcuato.

El 7 de Julio de 1990 fue condenada a Reclusión Perpetua más Accesoria por tiempo indeterminado, siendo la única mujer en la historia que recibió dicha condena, contagiándose el Virus VIH dentro del penal y ademas graduándose en la carrera de Sociología dentro del penal.

En el año 2006 obtuvo la libertad condicional pero fue apresada un año más tarde, contando con una nueva pareja que también había sido instigada a realizar robos (esta vez, un robo callejero) por lo que fue trasladada al penal de Ezeiza.

En Enero del 2012 fue puesta nuevamente en libertad, contando con una reclusión total de 27 años en prisión y siendo la mujer que más tiempo pasó dentro de una cárcel en el país.

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